Al final el cuento tuvo un final feliz. Diego Ferreyra, el fan de Pablo Lescano que se tatuó en la espalda un autógrafo trucho del líder de Damas Gratis, contó con la ayuda del bailantero pare enmendar su error.
El cantante le propuso hacer una rúbrica auténtica suya debajo del otro tattoo, y hasta lo acompañó al local de Recoleta en el cual finalmente resolvió el problema.
Diego debió "borrar" de su espalda el antiguo y fallido tattoo, que fue tapado con otro dibujo. Para eso, eligió una imagen del clásico teclado utilizado por su ídolo en los recitales.